En la noche de ayer, lunes 5 de
marzo, tuvo lugar el Vía Crucis de las Hermandades de Penitencia y Gloria de
Estepa, que es organizado cada año por el Consejo General de Hermandades y
Cofradías de la ciudad.
A las 21:15 horas de la noche dio
comienzo en la Iglesia Parroquial de Santa María el acto presidido por la
imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, un crucificado que preside cada
Domingo de Pasión el Pregón de la Semana Santa de Estepa y que antiguamente era
llamado “Cristo del Pregón”. La imagen, portada en unas andas por cuatro
Consejeros y mandado por el Capataz del misterio del Dulce Nombre, D. Antonio
Manuel Rodríguez Sánchez, recorrió el interior del Templo al mismo tiempo que
se leían las quince estaciones del Vía Crucis. En el acto, que congregó en
torno a 100 cofrades, participaron las catorce Hermandades y Cofradías de
Pasión y Gloria de la ciudad, representadas por hermanos mayores y miembros de
Juntas de Gobierno y Grupos Jóvenes, portando una cruz y dos cirios.
El cortejo estuvo compuesto por
la cruz parroquial con dos ciriales, fieles y miembros del Consejo, precedidos
por el Presidente de dicho órgano, D. Jesús Guerrero Reina, portando cirios y
cuerpo de acólitos precediendo a las andas del Señor de la Misericordia.
La Capilla Musical Nuestra Señora
de la Victoria puso el toque más funesto a una noche fría y de recogimiento con
piezas musicales de carácter fúnebre.
Este Crucificado que preside el
Vía Crucis del Consejo es obra de Andrés de Ocampo, escultor jienense nacido en
Villacarrillo hacia 1555-1560 y afincado en Sevilla, lugar donde falleció en el
año 1623. Según datos encontrados en los archivos del Palacio Arzobispal de
Sevilla, el 9 de Diciembre de 1578 el Concejo de Estepa acordaba a petición del
vicario de la Parroquia de Santa María, la sustitución del antiguo retablo
mayor de este templo, dado el ruinoso y deplorable estado en que se encontraba.
Sin embargo, no será hasta 1583 cuando se contrate la construcción del nuevo
retablo al maestro Andrés de Ocampo, otorgándose la correspondiente escritura
notarial. En el conjunto, remodelado en el siglo XVIII, intervinieron también
Jerónimo Hernández y Juan Bautista Vázquez el Viejo.
Debido a no disponer de
documentos, no podemos afirmar que Andrés de Ocampo, hijo del también imaginero
Francisco de Ocampo, labrara otro Crucificado para Estepa, pues el que se
conserva en el Calvario que remata el mencionado retablo, de 110 cm, es el
primitivo. Cabe la posibilidad que el Cristo conservado en la Asunción fuese,
como el resto del conjunto retablístico de Santa María la Mayor, una obra
juvenil del artista que constituyó un encargo independiente y paralelo al
mismo. En todo caso, aun tratándose de una pieza posterior, debe proceder de
otra iglesia pues Ocampo falleció el 10 de Enero del año 1623 y el templo de la
Asunción data de mediados del XVII. Por otro lado, tampoco encontramos en sus
muros una ubicación original para la efigie.
Respecto al deficiente estado de
conservación del Crucificado, que muestra grandes analogías con otras
creaciones del autor como el sevillano Cristo de la Fundación, el Descendido
del templo hispalense de San Vicente o el Crucificado de Comayagua, reclama una
urgente intervención para reparar los daños, eliminar los numerosos repintes y
añadidos, y averiguar así nuevos datos sobre la historia y las características
de sus materiales.
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