viernes, 20 de abril de 2018

Crónica de la Semana Santa de Estepa 2018

La Semana Santa de Estepa de 2018 ha estado marcada por el contraste del frío y la incertidumbre ante las previsiones meteorológicas en la mitad de los días y por las pletóricas salidas de las cofradías en los días de sol y calor en la otra mitad.

DOMINGO DE RAMOS
El Domingo de Ramos empezó truncado por culpa de la lluvia. Desde la semana anterior los pronósticos vaticinaban una jornada complicada que comenzó siéndolo pero que al final se arregló con la salida de la hermandad de La Borriquita, la cual se vio obligada a retrasar su decisión de salir hasta las 6 de la tarde, una hora más tarde de lo normal, hasta que la lluvia cesara. Desde su salida, la cofradía imprimió un buen ritmo en su andar sin perder nunca la elegancia y recreándose en puntos neurálgicos como la propia salida, el saludo a la hermandad de San Pedro en la Asunción o el momento de la visita al barrio santanero con el lucimiento en Plaza Poley. No se notó retraso alguno en los horarios y la cofradía entró pasadas las 22:30h.


LUNES SANTO
La corporación de las Angustias volvía a tiempos añejos con la recuperación de un tramo de recorrido que le llevó a no pasar por la Avenida de Andalucía, cogiendo directamente la calle Rejoya. Una noche con temperaturas más elevadas y primaverales hacían bello el pasear de la cofradía al son de miles de estepeños a los pies de la Virgen. El paso por la Parroquia de San Sebastián y las Hermanas de la Cruz fue un año más el momento más emotivo en la noche funesta y estrellada del Lunes Santo. El paso entró a las 02:00h.


MARTES SANTO
Avisaba Meteorología que las temperaturas irían en ascenso y no se equivocaron. El calor se hizo presente en las horas centrales del día y a la salida de los pachones, a las 11 de la mañana, el día era espléndido. A las 7 de la tarde la Cruz de Guía de San Pedro se puso en la calle con Castillejos abarrotada y durante todo el recorrido con la majestuosidad de la cofradía por bandera. El paso alegórico llevaba un exorno floral precioso a base de claveles rojo sangre en el monte e iris en los lados, mientras que la dolorosa lucía claveles blancos en las piñas y las novedosas flores de cera rizadas en la primera fila de la candelería. En la Callejuela del Carmen le fue cantada una saeta al Apóstol desde el balcón de los “Pelayos” y una lojeña hizo lo propio ante la Virgen de los Dolores en la Ermita de San Marcos. La Banda del Nazareno de Arahal mostró un año más su potencial en la música procesional y el cariño a esta hermandad, a la que acompaña por octavo año consecutivo. El palio de la «Reina del Martes Santo» olía y andaba que daba gloria, con la cera consumida y llegando en torno a las 02:05h. a la Asunción, donde sonó «Mi Amargura».


Apenas diez minutos más tarde salían Los Estudiantes apoderándose de las calles de Estepa e impregnándoles el silencio de Cristo muerto en la Cruz. El Cristo del Amor desfiló sobre un soberbio monte de lirios morados.


MIÉRCOLES SANTO
El Miércoles Santo amaneció igual de soleado y primaveral, y con un cielo inmaculado. A la salida de la cofradía del Dulce Nombre, el público esperaba expectante ante el estreno de las nuevas imágenes secundarias del misterio, representando a los Doctores de la Ley ante Jesús en el Templo y realizadas por el sevillano Darío Fernández Parra, quien siguió de cerca el discurrir de la cofradía por las calles de Estepa. La Virgen de la Paz, que cumplía 30 años desde su primera salida, lucía esplendorosa gracias a las manos privilegiadas de Pepe Romero y los rayos de sol se colaban por la malla del palio, haciendo un juego de luces hermosísimo en el interior, iluminando la cara de la dolorosa. Se notó un aumento considerable en la asistencia de público. El palio entró cerca de las 12:20h.


Poco antes, a las 12 salió desde El Carmen la Cruz de Guía de la hermandad del Calvario, una cofradía que ya notó el cambio del tiempo con una brisa de aire fresco que hacía presagiar un Jueves Santo menos primaveral. Aún así, el público siguió acompañando a la cofradía hasta el Cerro de San Cristóbal. Los hombres mandados por Juan Jiménez Mesa llevaron al Cristo de la Salud en su monte calvario formado por claveles rojos con un andar largo y acompasado tras el eco de los crótalos que tanto caracterizan a la cofradía en la calle. Su entrada en el Convento de Padres Franciscanos se produjo a la hora establecida, las 03:00h. de la madrugada.


JUEVES SANTO
Los hermanos de Paz y Caridad vieron como su día más grande iba de más a menos en lo meteorológico. El día se presentaba exuberante e invitaba a vivir un Jueves Santo lleno de estrenos. El misterio estrenaba el nuevo llamador que, con motivo del 75 aniversario de la primera cuadrilla de costaleros del Santo Cristo, su actual cuadrilla le entregó a la hermandad días previos. En el palio, la bambalina frontal desprendía una belleza inconmensurable dada su restauración y enriquecimiento en los talleres de Manuel Solano de Morón de la Frontera, junto con la restauración de los varales y la jarrería por la casa de Orfebrería Jesús Domínguez de Sevilla. Además, en el cortejo se iba estrenando el nuevo Libro de Reglas, obsequio del Grupo Joven de la corporación. La cofradía puso sus pies en la calle cuando las campanas daban las 6 de la tarde. El Santo Cristo, con un repertorio clásico en los sones de su Agrupación y un exorno novedoso con claveles sangre de toro y rosas de pitiminí, y la Esperanza Coronada, con fressias, lisiantus y dendrobiun, pasearon con un portento de clasicismo. Dos saetas sonaron desde el balcón de “La Marmeta” en calle Roya, en voz del estepeño Armando Mateos. Más adelante, la Centuria Romana que este año la formaban antiguos y veteranos miembros junto con el hermano mayor de la hermandad, D. Eusebio Olmedo Gamito, éste último por su último año en el cargo, además de los jóvenes que la conforman cada año, hicieron honores a sus Sagrados Titulares con el tradicional Prendimiento .Todo fue normal hasta que iba cayendo la noche, que trajo consigo al frío y la recogida de la cofradía que tuvo que regresar a los Remedios antes de lo normal, haciendo su entrada en torno a las 01:30h.


VIERNES SANTO
El Viernes Santo los pronósticos del tiempo cobraron demasiado protagonismo ante las previsiones nada halagüeñas que marcaba la AEMET para la mayor parte de la jornada, haciendo presagiar que no sería una salida normal de la cofradía de Ntro. Padre Nazareno. Ante esto y el nuevo recorrido a la inversa establecido por la hermandad, con un primer tramo difícil a la hora de volverse si así hubiese sido necesario, el Señor de Estepa se puso en la calle a su hora, con un cielo encapotado y a los sones de la Bondad de Alcalá de Guadaira con la clásica “Perdona a tu Pueblo”. El canto de las Hermanas de la Cruz al Señor y a la Virgen de los Dolores puso el toque más emotivo, mientras que el paso por Parra hasta llegar a la ermita de la abuela Santa Ana fue el momento que creó más expectación dada la dificultad para los hombres del costal. Y tras el barrio santanero, Estepa arriba, la gente murmullaba la recogida de la cofradía antes de tiempo a la vez que la tarde se volvía invernal y difícil de soportarla en las calles. Mientras, Jesús paseaba por Carrera Oficial con una banda que soplaba de verdad y María andaba elegante y pasaba como una ensoñación, con paso lento para que lo poco que le quedaba por pasearse por su pueblo la gente le pudiera rezar. La cofradía entró en torno a las 21:30h.

Foto / Miguel A. Carmona.
Foto / Miguel A. Carmona.

SÁBADO SANTO
El tiempo dejó disfrutar del cierre de la Semana Santa con una tarde de sol y cielo abierto. La ausencia del Crucificado de la Buena Muerte en la salida de la hermandad del Santo Entierro marcó la Estación de Penitencia, una estampa a la que no estábamos acostumbrados. La nota triste estuvo en la salida del paso de la Virgen de la Soledad, donde no sonó nota musical alguna en la Banda “Amigos de la Música”, ni siquiera el toque del destemplado para el andar del paso. El motivo era el fallecimiento de la que fuera Hermana Mayor hace ya muchos años, Dña. Natividad (q.e.p.d.), muy querida en la corporación y que en su memoria fue colocada una preciosa vara de orquídeas en el exorno floral del paso de la virgen, formado por claveles y rosas blancas. El paso, llegado a la altura de la Plaza Vieja, se detuvo frente a la que era su casa y allí fue donde sonó la música, “La Madrugá”. En la urna, el exorno lo formaban claveles rojos y lirios morados. Tras el Cristo Yacente, las autoridades de orden público y eclesiásticas acompañaban al Señor en la procesión oficial de la Semana Santa de Estepa. El hermano mayor de la corporación, D. Joaquín González Rueda, presidió la cofradía junto a las nombradas representaciones. La cofradía estrenó el recorrido alternativo establecido por la hermandad llegando al barrio de los Remedios, algo que no ocurría desde hacía 10 años. Y en San Sebastián se volvía a cerrar la semana grande de Estepa, con el reflejo de la soledad de una Madre arropada por un sentimiento cofrade de un pueblo que la miraba y la guardaba en su corazón. Un sentimiento de vacío se apoderaba de cada uno pero con la nostalgia por lo vivido.

Foto / Miguel A. Carmona.
Foto / Miguel A. Carmona.

Se marchó la Soledad y, ante ese vacío que deja el fin de la Semana de Pasión, Estepa ya espera a sus Glorias...

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