martes, 20 de marzo de 2018

El Pregón del llanto, la emoción y la alegría

El templo de Santa María acogió este Domingo de Pasión, día 18 de marzo, el pregón de la Semana Santa de Estepa pronunciado por el párroco de la ciudad, D. Ginés.

El alcalde de Estepa junto al Guardián del Convento de Padres Franciscanos, D. David Larrea, el Presidente del Consejo, D. Jesús Guerrero, y el Vicerrector del Seminario Metropolitano de Sevilla, D. Andrés Ibarra, este último invitado al pregón en el día del Seminario, además de otras autoridades de orden público, acompañaron en el altar mayor de la Iglesia de Santa María al pregonero en la cuenta atrás hasta el Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa de Estepa 2018.

Ginés González de la Bandera Romero, nacido en el sevillano barrio de la macarena y fiel devoto de los titulares de San Gil, desgañitó su voz para entregarse en cuerpo y alma a Dios, mostrando al público asistente la grandeza de su fe y su amor por la Semana Santa.

Su hermano y presentador, Miguel González de la Bandera Romero, ha transmitido a todos los estepeños las vivencias de su hermano desde su niñez y aquellos momentos que compartió con él. Miguel, en su presentación, ha sabido llevar a los cofrades la personalidad más cercana de Ginés en su afán por hacer el bien, el cual le aconsejaba y apoyaba cuando él lo necesitaba, y arrancando las risas del público cuando lo definía de “insoportable” de manera cariñosa, ante un pregonero que oía llorando emocionado las palabras de su hermano.

Ginés mostraba alegría desde que se sentó en la silla y comenzó a sonar “Coronación de la Macarena”, la marcha elegida por él. Tras la presentación se fundió en un emotivo abrazo con su presentador, entre lágrimas y emoción, dando paso a la marcha “Amarguras”.

Ginés comenzó su pregón como si de una Eucaristía más se tratara: «En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. El Señor está con todos vosotros. Sí, él está hoy con todos nosotros» decía. Una primera parte, de las treinta y tres que formó el pregón, en la que hizo alabanza a Jesucristo haciéndolo único protagonista y rezándole su infinito amor.

Retrocedió en el tiempo y recordó sus comienzos desde la orden sacerdotal, pasando por su estancia en Aguadulce y su llegada a Estepa, lugar que le cautivó por sus gentes, feligreses que le acogieron como un estepeño más para hacerle más livianos sus primeros días en su nueva casa y llenarse de compañía al levantarse cada día. Desgranó, por orden cronológico, las glorias preciadas de nuestra Estepa, y se detuvo en el camarín de Los Remedios para confesar su devoción a la madre más bendita. Recordó la marcha de la imagen de Ntro. Padre Jesús Nazareno para su restauración hace dos años, días previos a la cual pidió a los fieles que no dejaran de asistir a su misa cada viernes en su capilla, y como así sucedió, hecho que le hizo descubrir la fe que el pueblo de Estepa le profesa al Señor del Viernes Santo. Se detuvo en cada onomástica para hablar de nuestras imágenes y fue en la Semana de Pasión cuando dedicó sus palabras a la Borriquita y los crucificados hasta llegar a la muerte de Cristo. Su voz y entrega desmedida encogió a más de uno el corazón. En todo momento compartió el protagonismo de su puesto con Jesús, a quien reconoció deber todo el mérito de su pregón. Además, dedicó palabras de especial emoción a su madre, a quien tenía presente frente a él junto a toda su familia.

El pregón finalizaba con anécdota incluida, cosa que había que esperar, conociendo al pregonero y su total entrega a la hora de hacer las cosas. En su última parte, con la voz desgarrada y cuando daba las más infinitas gracias a Cristo Resucitado sin tan siquiera mirar el papel, se detuvo y suspiró «me he equivocado», dando paso a las risas alentadoras y un atronador aplauso de un público al que se había ganado con sus versos.

Un pregón con momentos de llanto y emoción pero que podríamos titular como el Pregón de la Alegría, pues no ha faltado una sonrisa en la cara del pregonero ni en la del público.

Ginés, a pesar de que solo lleva once años en Estepa, da la sensación de que lleva toda la vida entre nosotros tanto para aquellos que lo conocen como para los que no. Así pues, con su pregón ha dado un paso más para convertirse en estepeño de honor al pregonar la Semana Mayor de esta ciudad y a buen seguro la vivirá y disfrutará más intensamente desde este día.

Foto / Ayto. de Estepa
Foto / Ayto. de Estepa
Foto / Ayto. de Estepa

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